1. [El perro-nagual]
Y siempre las señoras
hacían tortillas en canastos grandes. Siempre las hacían en la noche para el
otro día llevárselas a vender. Y siempre les faltaban las tortillas. Decían: —
¿Pus qué pasaría?, ¿quién se llevará las tortillas que ponemos en los canastos
para vender? Y que un día dicen que llega..., que dicen que estaban paradas
espiando a ver quién y que dicen que era, pues, un perro que se llevaba las
tortillas. Y sacan el machete y que le dan al perro, y se fue sangrando el
perro. Y al otro día que amaneció se fueron siguiendo la sangre del perro.
Entonces se siguió y se siguió, y al llegar a una casita ahí terminó la sangre.
Entonces, pues, tocaron, y salieron, y era una viejita que estaba herida.
Juana Chavel García,
vendedora de “milagritos y estampitas”,1 D. F., junio, 2007.
2. [El carnicero nagual] Nos cuenta mi papá algo del nagual:
dice que había un carnicero que siempre tenía mucha carne y manteca y siempre
de la mejor en Todos Santos, en diciembre, y muchos guajolotes. Y una noche iba
mi papá y un amigo bien borrachos cuando vieron un burro que llevaba cargando
un marrano, pero bien grandote. Pero iba solo, y como no tenía dueño, que lo
agarran y se fueron caminando con el burro. Pero después de un rato el burro se
convirtió en el carnicero y les dijo que no lo delataran y les daba carne y
manteca y dinero si querían. Y por el asombro y miedo aceptaron. Después de un
tiempo lo mataron en un corral cuando se estaba robando unos guajolotes, y se
hizo gente, y se acabó el nagual.
Silvestre Moreno
Romero, chófer, San Nicolás Tetipanapa, Puebla, mayo, 2007.
Moreno, A. C. (2008). Diez relatos de seres
fantasticos en la tradicion oral mexicana. Revista de literaturas populares,
70. (Pdf)
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