viernes, 9 de enero de 2015

ATEMOZTLI


2.- En ese tiempo los sátrapas de los Tlaloque andaban muy devotos y muy penitentes, rogando a sus dioses por el agua y esperando la lluvia; comenzando a tronar y a hacer señales de lluvia, luego esos sátrapas tomaban sus incensarios, que eran como unas cucharas grandes agujeradas, llenas de brasas, y los astiles largos delgados y rollizos y huecos, y tenían unas sonajas dentro y el remate que era una cabeza de culebra, en estos incensarios sobre las brasas echaban su incienso, que llaman yiauhtli, y comenzaban luego a hacer ruido con las sonajas que estaban en el astil, moviéndole acá y allá, y comenzaban luego a incensar todas las estatuas de los cúes, y de los tlaxilacales; con estos servicios demandaban y esperaban la lluvia.
3.- La otra gente, por amor del agua, hacían votos de hacer las imágenes de los montes. Cinco días antes de llegar a esta fiesta compraban papel y ulli, y nequen y navajas, y con mucha devoción aparejábanse con ayunos y penitencia para hacer las imágenes de los montes y para cubrirlas con papel.

Garibay K., A. M. (1969). Capitulo XXXIV. En HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE NUEVA ESPAÑA escrita por FR. BERNARDINO DE SAHAGÚN. TOMO I (2da edición). México, D.F.: Porrúa, p. 214

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