Usando un sistema similar igual se les podría dar la función de
detección química, la cual puede ser utilizada para detectar explosivos entre
otras cosas. Este nuevo campo de investigación fue llamado nanobiótica vegetal1.
El estudio fue publicado en Nature Materials2 y un equipo dirigido por Michael Strano fue capaz de
mejorar la habilidad de capturar la energía luminosa en un 30%, esto a través
de la incrustación de nanotubos de carbono en los cloroplastos, los
cloroplastos son los organelos donde se lleva a cabo el proceso de la
fotosíntesis3.
En una confererencia, Strano dijo “Los vegetales son una plataforma de
energía muy atractiva. Ya que se pueden reparar ellos mismos, son
ambientalmente estables en campo, sobreviven en ambientes duros y se proveen
ellos mismos de su propia fuente de energía y distribución de agua”3.
La idea surgió debido a que su equipo estaba trabajando en la
construcción de celdas solares auto-reparables basándose en el modelo de
células vegetales, por ello el equipo trató los cloroplastos, de manera que
fueran capaces de aislarlos y usar su funcionalidad. Pero cuando estos se
aíslan de la planta algunas moléculas dañinas llamadas radicales de oxigeno,
comienzan a dañar los componentes de los cloroplastos. Normalmente esto no pasa
ya que, la planta puede prevenir que estos radicales le causen daño. Por ello
fue implantada un tipo de nanopartícula llamada nanoceria en los cloroplastos.
Este proceso fue aplicado a ciertas plantas llamadas Arabidopsis thaliana a
través de los pequeños poros presentes en el lado de debajo de la hoja y se vio
que manejaban el aumento de flujo de electrones durante la fotosíntesis un 30%,
sin embargo no fue aclarado si esto incrementa la producción de azúcar. También
utilizando otro tipo de nanotubos que detectan el oxido nítrico, un gas
producido en el proceso de la combustión, convirtieron a la planta en un
detector químico. Entonces con el desarrollo de diferentes tipos de nanotubos,
se podría crear detectores de niveles de contaminación, de explosivos, etc.3
Por otro lado, en un desarrollo reciente hecho en noviembre de 2015, por
científicos suecos de la universidad de Linköping, se integró un sistema de
alambres conductores en rosas reales, se usó el sistema vascular de las rosas
para construir componentes de circuitos electrónicos dentro de ellas, lo que
los hace orgánicos, aparte de que se combina un sistema digital, con uno
analógico. Con esto se pretende regular su energía, su crecimiento y varias
alternativas para realizar modificaciones genéticas para optimizarlas. 4
Con toda esta información se ve que la ciencia avanza rápidamente y quedan
algunas preguntas, ¿Está bien o no llegar a modificar tanto a la naturaleza?
Referencias: